Mencionar al pastor Ezequiel Molina y su mensaje en el evento anual La Batalla de la Fé, es una gran oportunidad para crear contenido en los foros sociales y muchos están haciendo su navidad con el tema.
Lo que sí me gustaría es rebatir algunas de las acusaciones que se le hacen y rebatir a los que opinan que el pastor Molina debió condenar la ola de feminicidios que se da en territorio nacional en lugar del pronunciamiento que desató toda esta controversia.
Al país no le ha faltado voces que se levanten en defensa de la mujer y todas esas voces, manifestaciones, campañas contra el maltrato de la mujer, simple y sencillamente han caído en cisternas rotas, barriles sin fondo porque no es asunto de información, es asunto de educación formativa que no tiene esta generación que nos ha tocado vivir.
En consecuencia, no creo que un pronunciamiento más que se levante va a empeorar la situacón ni una voz de alerta más va a solucionar el problema.
Yo no veo a ninguno de los comunicadores que le han abierto fuego al pastor Molina, mandarle el mismo fuego a los exponentes de reguetón que no sólo denigran a la mujer en las liricas de sus disparates que llaman canción, sinó que las utilizan como trapo de inmundicia en los conciertos en vivo y estos mismos que hoy condenan al pastor, son los mismos que condecoran a esa lacra social, les dan premios y no se atreven a levantar la voz en su contra para no ser despedidos de los medios que utilizan de bocina y llaman "medios de comunicación".
Si me preguntaran a mi, creo que podemos erradicar los males de esta sociedad, educando a las generaciones que vienen subiendo para no tener que encacelarlos mañana.
Averiguen en los barrios populares de nuestro país en donde hay una mujer en tubi, con unas chancletitas degastada por el tiempo, reuniendo niños para enseñarles la Palabara de Dios, y vayan allí, aporten algo, si de verdad quieren solucionar los problemas de esta sociedad podrida hasta los tuétanos.