Los encontramos a lo largo de las carreteras, pero tambien en las calles de nuestros barrios y ciudades. Son los Memoriales que nos recuerdan lo frágil que es la vida, lamentablemente muchos de los que allí yacen no pensaban igual mientras estaban en vida.
Allí yacen muchos que jamás imaginaban que un simple tronco de árbol, un poste de tendido electrico, un muro de concreto en la carretera o alguien más guapo que ellos, alguien con menos respeto por la vida que el de ellos los podía detener.
A ellos nó, imposible que alguien o algo los detuviera. Los efectos de un frasco de licor o un tabaco en la cabeza, un arma de fuego en su cintura o cuando menos un bate de beisbol o una "llave de rueda" los hacía sentir indestructible, indetenibles e invencibles.
Hoy yacen a un lado de la carretera, donde unos pocos los recuerdan y de vez en cuando, un padre nuestro y un ramo de flores le llevan.
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